jueves, 7 de noviembre de 2013

Consumo de drogas en la población juvenil




El consumo de drogas en la población joven resulta particularmente problemático por las consecuencias sociales y por su estrecha relación con efectos negativos de amplia preocupación social, entre los que destacan enfermedades y adicciones, conductas violentas y accidentes de tránsito.
El problema del consumo de drogas en Chile afecta  a toda la población, pero es más visible identificarlo en  grupos de mayor vulnerabilidad en quienes se ha focalizado la política pública de los últimos años.
Actualmente, existe un alto nivel de consumo de marihuana y alcohol en la población adolescente, un consumo de tipo problemático de pasta base y cocaína en la población de nivel socioeconómico bajo y un alto nivel de consumo de riesgo de alcohol en toda la población .Ser joven no sólo significa dejar de ser niño, sino que también es la entrada a una nueva etapa distinta de la de los adultos; se trata del ingreso a un mundo propio de lo juvenil, donde se establecen formas específicas de expresión, códigos y discursos.
El proceso de elaboración de la propia identidad que acompaña esta etapa se basa en prácticas que buscan construir y delimitar la propia identidad desde una perspectiva juvenil, es decir, a partir de experiencias en que se establezca la distancia y separación entre el mundo de lo juvenil y adulto. En este sentido, el consumo de drogas es una experiencia que busca escindir ambos mundos y transgredir el orden establecido por los adultos.
En este proceso, las personas jóvenes necesitan sentirse parte de algo, es decir, necesitan sentir que son iguales a otros, pero a su vez, que son diferentes. Transgredir la norma, sentido implícito en el uso de drogas, también es un acto que genera identidad entre las personas jóvenes, en tanto se construye un orden social nuevo que infringe el de los adultos, produciéndose un distanciamiento respecto a ellos. De este modo, consumir sustancias en el espacio público o al interior de espacios institucionales –como la calle o el liceo- es un acto que pone en duda la efectividad de los mecanismos de control que tiene el mundo adulto para ejercer sobre la juventud.

Ahora bien, no todas las drogas generan la misma imagen o representan lo mismo: fumar un cigarrillo resulta muy diferente que aspirar cocaína o consumir éxtasis. Cada droga está vinculada a una representación y conjunto de valoraciones determinado, lo que implica cierto nivel de conocimiento respecto a las sustancias y una actitud o disposición a su consumo –favorable o desfavorable-. Por ejemplo, el consumo de alcohol y marihuana tiende a aparecer como algo cotidiano dentro del espacio universitario, se trata de una práctica naturalizada y es parte de la socialización que experimentan los estudiantes dentro de ese contexto; no sucede del mismo modo con sustancias como la cocaína o la pasta base, las cuales son rechazadas fundamentalmente por asociarse a niveles de adicción mayor.

1 comentario:

  1. niñas muy bueno el tema ... las felicito la juventud hoy en día es muy expresiva y busca su personalidad pero todo en exceso hace mal

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